LA GEOPOLÍTICA ACTUAL DE LAS GRANDES POTENCIAS

Autor: Antón Matos Pereira

Graduado en Seguridad Pública y Privada en Isen, Facultad adscrita a la Universidad de Murcia

Noviembre, 2023

Una estrategia geopolítica bien organizada y estudiada, es capaz de dotar a un país de gran poder e influencia dentro de su panorama estratégico. Hoy en día, todos los estados aplican múltiples métodos dentro de sus estrategias que los hacen competir entre ellos. En muchas ocasiones, un superior peso económico o un mayor dominio sobre otros países a través de la deuda que se genera en ellos, tiene una repercusión táctica igual o superior a la de una victoria en un campo de batalla de cualquiera de las guerras que se desarrollan actualmente. Es lo que se conoce como geoeconomía, y es empleada por los gobiernos a través de la Inversión Extranjera Directa (IED), con el objetivo de expandir su autoridad y dominio más allá de sus fronteras, ganarles terreno a otras naciones y aumentar su crecimiento. El comercio y el capital son las dos grandes armas camufladas que más utilizan las grandes potencias mundiales en la lucha por el poder.

No es necesario desplazarse a Oriente para apreciar el alcance de las inversiones chinas en los últimos años. Considerados como los expertos del uso de la geoeconomía y la IED para la consecución de sus objetivos e intereses geopolíticos, poseen grandes sumas de capital en países de todos los continentes, algunos de ellos con un gran endeudamiento con el país oriental. Esto les otorga cierta potestad para influir en estos lugares, además del rédito del que sacan partido. Gracias a una de sus mayores inversiones, la Nueva Ruta de la Seda (“Belt and Road Iniciative”), ha marcado un antes y un después en lo que a comercio y relaciones internacionales se refiere, construyendo unas redes de conexión entre países estratégicamente seleccionados altamente eficaces. En dicha ruta, el siguiente beneficiado no es otro que Rusia, territorio con gran importancia dentro de la iniciativa desde que se desarrolló en 2013. Sus acuerdos de cooperación con su aliado han ido en aumento favoreciendo su presencia en el mercado y beneficiándose de la alta demanda de recursos energéticos como el petróleo o el gas. Ambos países pertenecen a los BRICS, asociación política y económica de la que forman parte también Brasil, India, y Sudáfrica. Este grupo, cuya denominación por su acrónimo comenzó a emplearse en la década del 2000 para las economías nacionales emergentes y más prometedoras, planea aumentar su número para 2024 y por ende la fuerza de su coalición, la colaboración entre ellos y sus objetivos comunes. El líder del gobierno chino, Xi Jinping, es uno de los artífices principales de los planes orquestados para desbancar a EEUU de la posición de primera superpotencia mundial. Entre algunas de estas ideas destaca el impulso que está haciendo su país para la internacionalización de su moneda. En los préstamos acordados de la nueva Ruta de la Seda, China promueve el yuan a nivel internacional para de esta manera aumentar su cuota en los mercados mundiales. Pese a estar funcionando y contar con el apoyo de países que realizan negocios con ellos, sobre todo Rusia, el valor del yuan todavía se encuentra muy lejos del dólar. Por esta razón, enriquecerse ya no es el mayor objetivo, sino aumentar su poder a través de una mayor influencia mundial, la obtención de tecnología avanzada y armamento.

Siendo consciente Occidente de todo ello, y tras contemplar el riesgo de quedar desventajado en este terreno, ha sido anunciado en septiembre, durante la cumbre del G20 en Nueva Delhi, (a la cual no asistieron ninguno de los líderes chino ni ruso) la creación de un nuevo Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC). Esta propuesta, anunciada por Joe Biden, tiene intención de desafiar la ruta de China, unir Europa, los países de Oriente Próximo y la India. Es evidente que Estados Unidos intenta incorporar una estrategia geoeconómica que le permita ganar influencia a nivel mundial, basándose en la Inversión Extranjera Directa tras la gran expansión de su rival oriental con un similar proyecto. Establece con este paso un cambio en su geopolítica, con otra forma de proyectar poder sin necesidad de sacar a relucir su gran músculo militar.

 Este nuevo proyecto infraestructural y de transporte internacional, pretende incluir además de India (cuyo papel es muy importante debido a su gran crecimiento y no decantarse todavía por ningún bando en particular) a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania e Israel. Con estos lazos, EEUU pretende alejar a las monarquías del Golfo Pérsico de cualquier influencia china. Según Úrsula von der Leyen “será la conexión más directa hasta la fecha entre India, el Golfo Pérsico y Europa, con un enlace ferroviario que hará que el comercio entre India y el continente sea un 40% más rápido”. Se trata de un reto ambicioso si tenemos en cuenta que el número de países que firmaron acuerdos con China de cooperación con la nueva Ruta de la Seda, para la construcción de puentes, puertos, líneas ferroviarias o redes digitales; supera los 150. No obstante, el desembolso inicial no va a ser bajo ni mucho menos. El príncipe saudí Mohamed bin Salmán ha arrojado como cifra aproximada de la inversión unos 20 mil millones de dólares. Y aunque lo que se declara es la utilización del corredor en parte para el desarrollo de energías limpias, cabe destacar que será una gran oportunidad para influir en el mercado de hidrocarburos y responder a los desafíos del sur global, es decir, la expansión de los BRICS, la influencia china en América Latina o las tensiones en algunos países de África y sus antiguas colonias francesas.

El corredor occidental estará compuesto por un tramo que une a India y el Golfo Pérsico a través de un puente con Emiratos Árabes y posteriormente atraviesa Arabia Saudí, Israel, Jordania y llega a Europa. Esto hace que la conexión esté prevista para durar tan solo 10 días y evitar las saturaciones que sufre el Canal de Suez. 


Estados Unidos se vería beneficiado de que Israel y Arabia Saudí formalizasen su relación ya que ambos son rivales de Irán, y este último es aliado de China y Rusia. De hecho, son los iraníes quienes financian principalmente a la organización terrorista palestina Hamás. Eso incrementa las fricciones entre los diferentes bandos y sus apoyos dentro de la guerra actual de Israel y Palestina.

La creación de la IMEC es la materialización de las metas establecidas en el programa Build Back Better (B3W) de EEUU, plan que propuso Biden entre 2020 y 2021 para realizar inversiones y recuperar la economía tras la pandemia, con presupuesto de 40 billones hasta 2035. Así como también el Global Gateway de la UE, cuya inversión prevista es de 300.000 millones de euros hasta 2027. Ambos planes se encuentran bajo la tutela de la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGIE), creada a finales de junio de 2022 por el G7 con la meta de movilizar 600.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura global para contrarrestar la influencia y las estrategias chinas. Moviliza millones de dólares en capital privado para proporcionar equipos de red seguros en África, Asia y América Latina.

Pero esta ruta no fue la única novedad que se presentó en esa misma cumbre del G-20, y es que también se pretende realizar una nueva ampliación del corredor transafricano “Lobito”. Su finalidad es conectar el sur de la República Democrática del Congo y el noroeste de Zambia con los mercados comerciales regionales y mundiales a través del puerto de Lobito en Angola. Una ruta que le brindaría a Occidente una mayor influencia en el continente africano, teniendo en cuenta la gran cantidad de puertos de los que es propietario China en ese territorio.

El pulso que los dos grandes bloques rivales llevan a cabo, está interconectado a través de cada movimiento comercial, económico, político y bélico; tal y como observamos en el desarrollo de las guerras que sacuden el panorama global contemporáneo. Cada apoyo internacional esconde un interés oculto, un objetivo preestablecido y la misma ambición por ganar poder e influencia. El devenir de algunos estados, se encuentra en muchas ocasiones más dependiente de la voluntad de sus aliados que de sus propios intereses. Este sencillo esbozo de las estrategias geopolíticas de los diferentes países, solo pretende arrojar luz donde no siempre llega mediante las noticias que vemos todos los días, y dar un punto de vista crítico de este mundo multipolar ante el que nos encontramos.

Comentarios

  1. Trabajo de mucho nivel, felicidades al autor. Me ha parecido muy interesante y realmente desconocía la situación geopolítica actual con tanto grado de "precisión". Será interesante ver como evoluciona el panorama actual con los nuevos corredores, tanto el IMEC como el corredor transafricano. En definitiva un trabajo muy completo y sencillo de entender para no expertos como yo.

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