ENTREVISTA CON COMARCART-COMTEMAR CARTAGENA

 

CN JC PÉREZ GUERRERO: MARCART y la renovación de unidades de la Fuerza de Acción Marítima

Homenaje al  patrullero “Infanta Cristina” y "la firme voluntad de la Armada en renovar las unidades de la FAM"



"Estas unidades destacaron por sus capacidades navales anti-superficie y anti-submarina"

"Fueron unos extraordinarios interlocutores de la Armada con la comunidad marítima nacional e internacional"

"Estos buques han sido un extraordinario referente industrial y tecnológico de la construcción naval española"

"Aspirantes y Guardiamarinas desarrollábamos nuestras destrezas marineras y operativas en estas auténticas escuelas flotantes"

"43 años de servicio: 630.000 millas náuticas equivalentes a 28 vueltas al mundo, 87 puertos visitados, 29 comandantes y más de 1.500 marinos entre profesionales y reemplazo"

Cartagena, 9 de octubre de 2023

JERÓNIMO MARTÍNEZ

P.-Comandante: Acaba de producirse la despedida operativa en modo homenaje del PA "Infanta Cristina", una unidad relevante que ha estado encuadrada en el Mando de las Unidades de la FAM en Cartagena (MARCART) . ¿Nos puede explicar en detalle la organización de dicho mando y las unidades que la componen? ¿ cuáles son los cometidos y responsabilidades del COMARCART?

R.-El Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima en Cartagena (MARCART) está integrada en la Fuerza de Acción Marítima (FAM), que dentro de la Flota, está formada por el conjunto de unidades que tienen por cometido principal prepararse para proteger los intereses marítimos nacionales y el control de los espacios marítimos de soberanía e interés nacional, encargándose, con un enfoque integral, de asegurar la cooperación permanente con los diversos organismos de la Administración con competencias en el ámbito marítimo, lo que constituye la contribución de la Armada a la Acción del Estado en la Mar.

Para ello, tengo bajo mi mando los buques: B.IO. “Hespérides”, BTL “Ysabel”, BAM “Audaz” y “Furor”, PSOH “Alborán” y “Tarifa”, B/A “Alerta”, B/A “Las Palmas” y patrulleros “Toralla”, "Formentor” e “Isla Pinto”. El apoyo al mando lo constituye la Jefatura de Órdenes. El número de efectivos totales es de 575.

Adicionalmente, como Comandante Naval de Cartagena, dispongo de una Comandancia Naval. El número total de colaboradores en la Jefatura y la Comandancia es de 14.

Los cometidos y responsabilidades de COMARCART son los siguientes:

·Soy responsable de la preparación y del grado de alistamiento de las 12 unidades a flote que tiene asignada.

·Velo por la eficacia de sus unidades, así como de la disciplina, moral y bienestar de las dotaciones de las 11 unidades a flote bajo su mando y Comandancia Naval.

·Formulo las necesidades logísticas de sus unidades y asigna prioridades en cuanto a los recursos de personal, material, financiero y tecnologías de la información.

·Efectúo las propuestas de modificación y modernización de dichas unidades, en especial como coordinador de la clase “DESCUBIERTA” (las 2 ex-corbetas), clase “CHILREU”, clase “TORALLA”, clase "TRANSPORTES LOGÍSTICOS" (“Ysabel"), clase "CIENTÍFICOS" (“Hespérides”) y clase "AUXILIAR" (“Alerta”).

·Además, soy el representante de la Armada en el Foro de Guardacostas del Mediterráneo (MEDCGFF).

P.-En particular, la vinculación del patrullero “Infanta Cristina”, ¿Qué ha supuesto estos buques para la Armada? ¿ y para las más de veinte dotaciones que han pisado su cubierta?

R.-Desde el punto de vista operativo, el patrullero “Infanta Cristina”, antes corbeta, encuadrado en la 21ª Escuadrilla de Escolta, ha participado activamente, como el resto de buques de su clase, en la práctica totalidad de las operaciones navales relevantes de los último 30 años. Desde la Primera Guerra del Golfo Pérsico en 1990, con cometidos de vigilancia y bloqueo naval cumpliendo un mandato de Naciones Unidades, hasta la operación "Atalanta" de la Unión Europea en el Golfo de Adén en cuatro ocasiones (años 2010, 2011, 2014 y 2015), en la lucha contra la piratería en Somalia, pasando por el componente marítimo de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL), así como en diversas agrupaciones de la OTAN, siempre bajo el familiar apodo de la hormiga atómica. Este apodo se debe a la extraordinaria concentración de capacidades navales que tenían estas unidades eficientemente dispuestas en proporción a su eslora y manga. En particular, destacaría las capacidades anti-superficie y antisubmarina.

Una vez transformadas en patrulleros, encuadradas en la Fuerza de Acción Marítima, reorientaron sus cometidos y misiones a las operaciones de vigilancia y seguridad marítima, idóneos para el conocimiento integral del entorno marítimo, siendo unos extraordinarios interlocutores de la Armada con la comunidad marítima nacional e internacional.

Otra dimensión igualmente interesante, a tener en cuenta, es que sin lugar a dudas, estos buques han sido un extraordinario referente industrial y tecnológico de la construcción naval española. Desde su construcción en 1980, se convirtieron en un faro de referencia para exitosos proyectos posteriores de diferentes desplazamientos y capacidades, como son los buques de acción marítima, los buques de asalto anfibio, los buques de aprovisionamiento para el combate y, por supuesto, las fragatas F-100. Proyectos todos ellos, de reconocido prestigio internacional, y que sirvieron a la Armada y a la industria nacional para crecer y desarrollarse en proyectos cada vez más complejos, muchas veces de la mano de socios tecnológicos.

Respecto a la segunda cuestión referente a las dotaciones, subrayar que las más de veinte dotaciones que han pisado las cubiertas del patrullero “Infanta Cristina” son realmente las verdaderas protagonistas de la historia de este buque y, por ende, de la Armada. Para ellos, la vinculación con este barco debe ser una muestra de orgullo y satisfacción por el servicio incondicional prestado a España y a la Armada en estos más de 43 años de singladuras por todos los mares del mundo. En este punto debo hacer una mención muy particular a los entrañables recuerdos de los embarques de fin de curso de los Aspirantes y Guardiamarinas de la Escuela Naval Militar. A bordo de estos buques desarrollábamos nuestras destrezas marineras y operativas en estas auténticas escuelas flotantes.

P.-Este barco como el resto de la escuadrilla a la que perteneció en su día ha prestado grandes servicios a la Armada y consecuentemente a España. ¿Qué destacaría de toda esta amplia y dilatada trayectoria?

R.-Sin duda, destacaría la flexibilidad y gran capacidad de actuación de estos buques en los diferentes espacios marítimos en los que ha tenido que operar. Como indicaba anteriormente, no ha habido amenaza que no hayan podido enfrentar estos buques, como todos sabemos en unos escenarios marítimos y navales siempre cambiantes, que han evolucionado a lo largo de su vida operativa desde la amenaza convencional a la asimétrica y, más recientemente, a la híbrida. En particular, en el ámbito de la Fuerza de Acción Marítima, ha despuntando como la unidad apropiada para el ejercicio de la Acción del Estado en la Mar, mediante la coordinación y cooperación con otros organismos con competencias en el ámbito marítimo, en operaciones integrales de vigilancia y seguridad marítima, esenciales para la disuasión nacional.

P.-¿Qué criterio ha imperado para organizar este crucero?

R.-Diría que, desde el primer momento que empezamos a planear esta navegación a principio de año, ha prevalecido un único criterio: el de rendir un sentido homenaje y muestra de reconocimiento a la labor realizada por este buque, y por extensión a todos los buques de la clase, así como a las dotaciones que en él han servido durante estas cuatro décadas de servicio a la Armada. Al mismo tiempo el buque completaba su última misión de vigilancia y seguridad marítima por el Mediterráneo, en la aguas del Mar de Alborán y Mar Balear, y por el Atlántico, desde el Estrecho de Gibraltar a las costas gallegas de Pontevedra, con un componente internacional en la fachada atlántica peninsular. Este tipo de misiones permanentes de los buques de la Armada, entre los que ha destacado el patrullero “Infanta Cristina” son una contribución fundamental de la Fuerza de Acción Marítima para preservar la capacidad de disuasión de la Armada.

P.-¿Qué les ha motivado a la hora de elegir los tres puertos elegidos para recalar?

R.-Además de la eficiencia operativa de esta última misión de vigilancia y seguridad marítima, como decía anteriormente, cada uno de los tres puertos visitados en esta última navegación, entre los 87 puertos diferentes, entre nacionales y extranjeros en sus cuarenta y tres años de servicio a España, tienen un particular significado para el patrullero “Infanta Cristina”.

El puerto de Málaga, referencia en el Mediterráneo Occidental siempre ha destacado por la excelente acogida y recibimiento a los buques de la Armada, y en particular el cariño mostrado a la “Infanta Cristina” a lo largo de toda su vida operativa. Este enclave, que delimita el estratégico Mar de Alborán, es un puerto de parada obligada para los buques basados en Cartagena que periódicamente desempeñan cometidos de vigilancia y seguridad marítima. Es por ello, que la Armada y el patrullero “Infanta Cristina” hayan querido agradecer a esta ciudad los apoyos prestados a lo largo de tan dilatada vida operativa.

Todos los Aspirantes y Guardiamarinas hemos interiorizado la reseña que corona la entrada al Aula de Navegación de la ENM, que dice así:"el mundo aprendió a navegar en libros españoles". Y yo añadiría que los marinos de guerra españoles pusimos en prácticas esos conocimientos en buques veteranos como este patrullero. La visita a la Escuela Naval Militar era obligada, tanto desde el punto de vista sentimental como operativo. El primero, porque antes de su inmovilización este barco debía dar testimonio vivo a las nuevas generaciones de oficiales alumnos, que este buque veterano es un legado de la Armada que siempre debemos mantener en nuestra memoria. Algunos de esos oficiales alumnos nunca olvidarán que su bautismo de mar fue en un patrullero, antes corbeta, de la clase “Descubierta” que tras 43 años de servicio a la Armada, acaba de rendir armas. El segundo, para rememorar la navegación costera de este buque, “cuna de navegantes”, por la Ría de Pontevedra donde todos los marinos hemos aprendido a navegar.

Por último, el puerto de Alicante está ligado ineludiblemente a la vida de este barco porque fue donde recibió su bandera de combate el 10 de junio de 1983, siendo madrina la Infanta Cristina. Este puerto ha sido la última parada de este buque antes de recalar en Cartagena donde el pasado 30 de septiembre ha iniciado su inmovilización previa al desarme.

P.-La “ICRI” fue construida con diseño español, en aquel tiempo desarrollado por la entonces Bazán, hoy día Navantia. ¿Se puede calificar de acierto la decisión de emplear tecnología nacional?

R.-Por supuesto. El Museo Naval de Madrid tiene una sala dedicada exclusivamente a la evolución tecnológica de los buques de la Armada, desde las plataformas de procedencia norteamericana a las últimas de construcción nacional, que empezaron con esta clase de buques. Ahí se puede ver que la Armada de hoy, en la que todos los buques son de construcción nacional, es el resultado de esas acertadas decisiones de hace más de 40 años. La apuesta por la industria y tecnología nacional, como decía antes, es un indiscutible acierto, que nos ayuda a preservar la autonomía estratégica de construcción y tecnología naval. Además, hemos sido capaces de mostrar al mundo esta capacitación de la mano de industrias nacionales punteras del sector naval y tecnológico, que han conseguido desarrollar proyectos muy competitivos para otras marinas de guerra. Por tanto, la construcción naval se puede considerar una historia de éxito, que nace de decisiones acertadas que se remontan a los años 80, y que tenemos la obligación de continuar con futuros proyectos ilusionantes, no exentos de dificultad.

P.-En el año 2000 se procedió al cambio de corbeta por patrullero. ¿Qué supuso el cambio de corbeta a patrullero de altura?

R.-Destacaría que el cambio más importante es el de la asignación de nuevos cometidos y misiones, orientados a la vigilancia y seguridad marítima, y en definitiva, a contribuir la Acción del Estado en la Mar, mediante la estrecha colaboración y coordinación con otros organismos con competencias marítimas.

Cuando el buque era una corbeta desempeñaba cometidos habituales de guerra naval, particularmente en las áreas de capacidades antiaérea, anti-superficie y, sobre todo anti-submarina. Sin lugar a dudas, destacaban en esta última área particularmente por el intenso adiestramiento que les proporcionaban los submarinos también con base en el Arsenal de Cartagena.

A partir del año 2004, con la entrada en servicio de nuevos buques como la F-100, y en consonancia con la evolución del escenario estratégico marítimo, más focalizado a la guerra contra el terrorismo internacional,  se desembarcó parte del sistema de armas y se potenciaron otras capacidades para, como decía antes, desempeñar otras misiones, igualmente importantes, aunque centradas en la seguridad marítima.

P.-Todavía recordamos la época de este patrullero como Corbeta, las famosas “hormigas atómicas” ¿Podemos afirmar que “la Cristina” contó hasta su transformación en patrullero con una capacidad de lucha anti-superficie superior a la de casi todas las fragatas de la época hasta la reconversión producida en 2000? ¿por qué se les llamó con ese cariñoso apodo?

R.-En cierta medida, estas dos preguntas ya han sido respondidas. Efectivamente, hasta el año 2000 las capacidades de guerra anti- superficie de este barco eran similares a las de buque de mayor porte. En su conjunto, las capacidades navales de las corbetas eran extraordinarias, si bien otras plataformas podían tener ciertas ventajas en sus plantas propulsoras (a turbina o mixtas de turbinas y motor) y, sobre todo, en la incipiente capacidad aeronaval de la que empezaron a dotarse todos los buques de nueva construcción en aquella época y que inexorablemente dejaban detrás a este tipo de buques.

El familiar y cariñoso apodo de hormigas atómicas obedece a la acusada acumulación de sistemas de armas en buques de eslora y manga ajustada, por no decir reducidas. En términos coloquiales tenían todo lo que hacía falta para la batalla naval con un desplazamiento moderado, que otros países alistaban en fragatas de mayor porte.

P.-¿Cuántos días de mar tiene registrados el buque, el número de misiones protagonizadas, qué personal ha formado parte de la dotación y cuántos comandantes han desempeñado el mando? Mención particular a la marinería de reemplazo, la denominada “mili”.

R.-Me está preguntando la “hoja de servicio” de este veterano barco.El buque, en sus cuarenta y tres años de servicio a España, los cuadernos de bitácora del buque han registrado 630.000 millas náuticas, distancia que equivale aproximadamente a 28 vueltas al mundo. El buque ha visitado 87 puertos diferentes, entre nacionales y extranjeros, sirviendo un total de 29 Comandantes y más de 1500 marinos, entre oficiales, suboficiales y marinería, tanto profesional como de reemplazo.

P.-En este año ha sido dada de baja la “Elena” y el reciente 30 de septiembre la “Cristina”. ¿Qué previsiones tiene la Armada para sustituir ambas ausencias?

R.-Los relevos naturales de estos dos barcos serán los dos nuevos buques de acción marítima, el séptimo y octavo buque de la clase “Meteoro”, que ya están en construcción y que esperamos que lleguen de manera escalonada a Cartagena en un plazo de dos/tres años. Estos dos nuevos buques estarían previsiblemente encuadrados en la estructura orgánica de MARCART. Hablamos de buques tecnológicamente avanzados, con accionamientos remotos y muy “sensorizados”, que disponen de dotaciones más ajustadas. La renovación de los vetustos buques de la Fuerza de Acción Marítima es un hecho, diría que es ley de vida, la renovación y/o sustitución de buena parte de sus buques por otros nuevos o más modernos.

P.-Por último, qué le diría a los más de 2000 miembros de las diferentes dotaciones de este ilustre buque de la Armada, que tras recalar en el Arsenal de Cartagena da por “cumplida su misión” en la Armada?

R.-Una pregunta que se responde desde el corazón, desde el corazón de un marino. Sería simple y sentido. A los más de 2000 miembros de las diferentes dotaciones de este ilustre buque de la Armada, les diría que deben estar orgullosos por la satisfacción del deber cumplido a bordo de este veterano e insigne barco. Orgullosos por haber contribuido a “defender a España en y desde la mar”, como reza el lema de la Armada. Si, a España y a los españoles, porque como decía aquel poema “España somos tú y yo y el hogar que nos ampara, la tumba de nuestros padres y el jardín de nuestra casa. España es el limpio orgullo de la historia de la raza, es el incierto futuro donde pones tu esperanza, y es tu voluntad de ser español, cada mañana. España es la fe que tienes en tus padres y en tu casa, y cuando todos te falten estará contigo España.”

En segundo lugar, les daría las gracias por haber contribuido decididamente a preservar este barco hasta nuestros días. Sin esas interminables horas de mantenimientos, limpiezas y adiestramiento, en definitiva, sin el compromiso de cada uno de vosotros este barco y la Armada, en su conjunto, no habría sido tal y como hoy la conocemos. Sin duda, estas muestras de sentido agradecimiento es una obligación de respeto y admiración a cada uno de esos 2000 miembros de las diferentes dotaciones de este ilustre barco, que profesaron los valores que siempre nos han inculcado en las diferentes escuelas de la Armada, tales como el honor, el valor, la disciplina y la lealtad. Esos valores siguen siendo los conectores de las dotaciones con sus buques, en definitiva, los pilares sobre los que se apoya la actividad de la Armada en buques como el patrullero “Infanta Cristina”

Por último, les transmitiría optimismo y esperanza en aquellas otras dotaciones, presentes y futuras, que a bordo de otras tantas unidades de la Armada, asumen y asumirán, igual que hicieron ellos, el servicio a España a bordo de un buque de la Armada. Ellos son y serán el relevo que inevitablemente nos llegará a todos, ellos tomarán la guardia de puente, CIC o máquinas, con la misma ilusión que en su día hicieron ellos, y velarán por el bienestar de nuestros compatriotas, tal vez, lejos de sus familias, que como hicieron con vosotros, confían en el trabajo bien hecho, y en que un día arribarán a puerto como acaba de ocurrir con el patrullero “Infanta Cristina”, con la “misión cumplida” .

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