LA FINANCIACIÓN MILITAR RUSA EN LOS PAÍSES DE ÁFRICA SUBSAHARIANA

 Autor: Antón Matos Pereira

Graduado en Seguridad Pública y Privada en el ISEN, 

Facultad adscrita a la Universidad de Murcia

Agosto, 2023

La presencia rusa en el continente africano no es un hecho reciente ni tampoco sorprendente, sin embargo, en los últimos años este fenómeno se ha intensificado expandiéndose de una manera considerable. La zona de África occidental, con un gran posicionamiento estratégico y excelentes reservas de recursos naturales, se ofrece como un atractivo destino para la inversión extranjera. Estas características no han pasado desapercibidas para ningún Estado, pero el desgaste de las relaciones con Occidente y las tácticas por parte de Rusia para convertirse en un potencial aliado, han hecho que la balanza se incline a su favor actualmente. El uso que hace el gobierno ruso de su geopolítica es mediante estrategias que consisten en la suministración de recursos, tecnología, capital o incluso armas a otras naciones. Es decir, emplean la Inversión Extranjera Directa como punta de lanza para alcanzar sus objetivos geopolíticos. Como resultado de ello, han ido obteniendo una creciente influencia y poder en África Subsahariana.

Samuel Ramani, investigador de la Universidad de Oxford especializado en materia rusa afirmaba que “Rusia ve a África como un lugar donde expandir su alcance global y de manera simultánea sacar tajada de recursos naturales valiosos para beneficio de sus empresas estatales. Nada de eso es bueno para África”.

El pasado 26 de julio, se produjo en Níger un golpe de Estado cuando un grupo de militares derrocó al presidente Mohamed Bazoum. Se hicieron con el gobierno y justificaron sus acciones con un supuesto empeoramiento en la seguridad del país.

Además de la dudosa legitimidad del gobierno militar, tanto la UE, como Naciones Unidas, EEUU y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) rechazan el golpe, y estos últimos amenazan con una intervención cuyo objetivo sería restablecer el poder del presidente Bazoum. Tras la sucesión de estos hechos, se podía vislumbrar en las calles a los seguidores de los golpistas con banderas francesas quemadas (su antigua colonia y socio occidental) y ondeando banderas rusas.

Tal y como afirma Lual Deng, analista en África Oriental y Sahel, Francia es vista como un actor desleal en el territorio del Sahel que busca exclusivamente aprovecharse de sus recursos naturales, al igual que otros países, y que desprecian sus tradiciones y valores.

Por otro lado, el presidente ruso Vladimir Putin, comunicaba su promesa de cereales gratis a varios países de África durante la cumbre Rusia-África, tan solo un día después del golpe de Estado. Una forma hábil de afianzar su alianza con el continente y marcar todavía más sus diferencias con Occidente, a quien se intenta colocar en el bando contrario, utilizar a su favor el sentimiento antieuropeo y de esta manera crear una mayor polarización.

Pero esta no era la primera vez que Putin proponía una oferta como esta, sino que anteriormente se habían estado realizando numerosos acuerdos de cooperación militar con países como Mali, Ghana, Chad o Níger entre otros. Hace dos años que Rusia superó a China como principal proveedor de armas de África Subsahariana. Un alto porcentaje de los encargos registrados en la empresa rusa exportadora de armas, corresponde a países africanos, tal y como afirmaba su director general Alexandr Mijéyev. Este porcentaje se espera que siga creciendo, ya que en contraste con otros estados que venden armamento, los tratos de Rusia en relación con la venta de armas no imponen requisitos políticos ni relacionados con los derechos humanos. Han conseguido ocupar el espacio dejado por los suministradores europeos o estadounidenses.

El grupo de mercenarios ruso Wagner, creado en 2014, lleva presente en diferentes países de esta zona de África estos últimos años como favor a regímenes locales con numerosos problemas debido al aumento de violencia y el peligro yihadista. Sin embargo, en los últimos meses se han producido ciertas fricciones entre esta compañía y el gobierno de su país. Su líder, Yevgeny Prigozhin, hizo enfadar a su presidente tras protagonizar un motín de su corporación debido al alto número de bajas en el conflicto de Ucrania. Este miércoles 23 de agosto, fue dado por muerto tras estrellarse el avión en el que viajaba junto a otros 9 pasajeros. Tal vez sus desafíos al Kremlin habían llegado demasiado lejos o puede que su ambición de poder fuese demasiado alta para Vladimir Putin, quien lo había acusado de traidor tras su intento de rebelión. Lo que sí es seguro, es que este grupo de mercenarios formado en gran parte por exconvictos y acusado en numerosas ocasiones de brutales acciones en sus actividades, ha ido aumentando su cifra. Las incorporaciones por razón de la guerra de Ucrania han sido abundantes y su reclutamiento en África ha seguido creciendo, con objetivo de formar un ejército en la sombra. Sea como fuere, Rusia quiere asegurarse de tener controlado a un activo tan valioso ahora mismo para su poder geopolítico. La expansión que han tenido en el continente les puede ayudar, además de económicamente mediante la explotación de sus recursos naturales, a generar un mayor apoyo militar tras el intenso reclutamiento del grupo Wagner, los acuerdos de cooperación militar y la suministración de armamento.

África subsahariana se encuentra en deuda con los rusos y a esto se le une el falso sentimiento de apoyo que reciben de los mismos, que solo buscan sacar provecho en su lucha contra Occidente y tener la oportunidad de pescar en río revuelto.

Milicias y grupos paramilitares rusos Wagner en Tripoli en julio del 2020.

Fuente: NIUS Diario

Todo ello está muy lejos de salirle gratis a un continente repleto de inestabilidad e incertidumbre, que simplemente es víctima de las maniobras políticas rusas cuya principal meta son sus propios intereses económicos y de poder. Esta constante falta de estabilidad contribuye al comercio de armas, y en el caso de Rusia, África es en un mercado valioso e ilimitado debido a las sanciones económicas impuestas por Occidente. El continente africano les brinda la oportunidad de promover sin restricciones uno de sus productos de exportación más importantes, es decir, armamento.

Pero no hay que alzar demasiado alto la vista para advertir la más que probable guerra en Níger dada la fatídica tesitura actual. Quizás días o un periodo no demasiado largo de tiempo es lo que separa a este desafortunado estado de una guerra sin precedentes con la participación de otras naciones africanas entre las que se encuentran los miembros de la CEDEAO. La inminente intervención fue anunciada para llevarse a cabo en caso de no producirse ningún desbloqueo de la situación tras el golpe, o el fin de este mismo pese a los esfuerzos diplomáticos. Circunstancias que no han desalentado a la junta militar que ahora mismo dirige el país.

El panorama puede volverse todavía más turbio si se desata esta guerra con resultados muy negativos para el continente, su población y las diferentes relaciones internacionales que mantienen.

Sería una guerra en la que Rusia también formaría parte de los actores principales, moviendo y desplegando sus fuerzas a la par que sus intereses y estrategias demandasen. Pero no son los únicos que suministran armas y mueven hilos en África, ya que China también tiene un papel importante en este aspecto. Mediante la empresa “Norinco” (China North Industries Corporation) ha proporcionado vehículos blindados y armas a otros países africanos con los que negocia y que también se encuentran endeudados económicamente con este país oriental. Tal y como se ve, el conflicto derivaría una vez más en una batalla de poder entre Oriente y Occidente, esta vez a costa del continente africano.