“El mejor recuerdo es la dotación y los dos años de trabajo en equipo, viviendo experiencias indescriptibles en lugares muy alejados de nuestra casa”

Entrevista con el CC Marcos de Sousa Fuchs. 

Ex Comandante del BAM “AUDAZ”

“En estos dos años hemos navegado 37.000 millas, recalado en 14 países y visitados más de 20 puertos. Son muchísimas experiencias afrontadas todos juntos”.

Jerónimo Martínez

P.-¿Desde cuando forma parte el “Audaz” de la Fuerza de Acción Marítima?

R.-El buque fue entregado a la Armada en julio del año 2018. Desde ese momento se encuadró en la FAM como una unidad más responsable de contribuir a la Acción del Estado en la Mar. Ya son seis años de vida operativa los que tiene el barco, que junto al ”Furor” son las dos unidades más modernas que tiene la Armada. El barco sigue siendo casi un “bebé”, aunque ya se encuentra en la infancia.

P.-¿Es un honor mandar un barco como el “Audaz”?

R.-Me siento absolutamente afortunado. Para mi ha sido un reto enorme, un privilegio, y una suerte poder disfrutar del barco y de su dotación, así como del ejercicio del mando durante estos 2 años. Y ello ha coincidido con el primer ciclo tradicional del barco, una vez que quedó atrás la pandemia y se completó el proceso de entrada en servicio del buque en la Armada.

P.-¿Cuáles son las principales misiones del buque?

R.-Los buques de Acción Marítima se diseñaron y construyeron como las principales plataformas de la FAM para contribuir a la Acción del Estado en la mar, enfocada principalmente a las misiones de Seguridad Marítima. Esa es la función principal del buque, aunque también puede contribuir al resto de misiones genéricas, que son la disuasión y la defensa, la gestión de crisis, y la proyección exterior.

Dentro de la Seguridad marítima existen tres cometidos fundamentales: vigilancia y conocimiento del entorno, interdicción y protección directa de intereses, y presencia para disuadir. Todo ello para hacer frente al abanico completo de amenazas que identifica nuestra Estrategia de Seguridad Marítima Nacional y que van desde el terrorismo, la piratería, o los tráficos ilícitos, hasta los riesgos más relacionados con las catástrofes y el medio ambiente.

P.-¿En qué tipo de ejercicios y operaciones nacionales y extranjeros participa el “Audaz”?

R.-Empezando por los ejercicios, podemos destacar la participación en “Dynamic Messenger” de la OTAN en septiembre del año pasado, en la que ha sido la primera ocasión que la Alianza ha dirigido un ejercicio marítimo con sistemas no tripulados integrados en una fuerza naval. Participaron casi 50 MUS (Maritime Unamnned Systems) y 18 barcos. El “Audaz” fue la apuesta de España, y se consiguió el hito tecnológico y operativo de integrar física y lógicamente hasta cuatro sistemas no tripulados en el propio barco, algo que solo han conseguido un par de naciones a nivel mundial. 

Y si nos vamos a la parte de operaciones, los barcos son transferidos a la estructura operativa conjunta de las Fuerzas Armadas para llevar a cabo regularmente operaciones de Seguridad marítima para proyectar seguridad, vigilancia y disuasión en las aguas de soberanía e interés próximas a España. Después hemos participado en dos operaciones específicas. Una FOCOPS (Focused Operation) de la operación “Sea Guardian” de la OTAN, bajo el mando de COMMARCOM -el mando marítimo de la alianza en Northwood (Inglaterra)-, y finalmente el despliegue de cinco meses en las aguas del Golfo de Guinea y la costa occidental africana -bajo mando nacional y en el marco de las Presencias Marítimas Coordinadas de la UE- para proteger y defender los intereses españoles en la región.

Sin duda, este período de tiempo ha sido intenso, lleno de retos y muy apasionante, porque detrás de cada uno de ellos hay una preparación, acciones concretas y mucho esfuerzo de toda la dotación. Han sido dos años intensísimos, destacando dos aspectos concretos. El principal, el potencial que tiene el trabajo en equipo, el tener una dotación formada y adiestrada y sobre todo cohesionada para afrontar todas las misiones encomendadas a la unidad y encararlas con garantías de éxito y resiliencia ante las adversidades que van surgiendo. Esa fuerza del equipo, que es una fuerza única, es algo muy especial, y es el valor añadido de las unidades militares. Y a nivel personal, haber tenido esa oportunidad de ejercer el mando, que es lo más bonito de nuestra carrera y es una responsabilidad absoluta.

P.-¿Ha existido algún momento preocupante durante las misiones?

R.- Las preocupaciones son continuas y se afrontan solo, porque esa es la esencia del mando y de la toma de decisiones. Pero sin duda alguna, la principal es la seguridad del personal y de la plataforma, porque sin dicha seguridad, que nunca es un término absoluto, no se puede operar. El buscar esos estándares más altos de seguridad que permitan cumplir la misión con éxito, gestionando adecuadamente los riesgos, es uno de los cometidos más importantes del mando.

P.-¿Qué recuerdo se lleva a la hora de dejar el mando?

R.-Millones de recuerdos. Si tengo que concretar uno sería el calor y cariño de la gente, y en el momento de la despedida es cuando se reflejan con fuerza esos detalles. El mejor recuerdo es la dotación y los dos años de trabajo en equipo, viviendo experiencias indescriptibles en lugares muy alejados de nuestra casa. En estos dos años hemos navegado 37.000 millas, recalado en 14 países y visitados más de 20 puertos. Son muchísimas experiencias afrontadas todos juntos. El recuerdo más bonito es la dotación, los auténticos protagonistas de esta historia.

El valor de un buque de guerra no es la plataforma de acero ni sus sistemas de armas. El valor militar y sus capacidades se lo dan su dotación, a base de esfuerzo y cohesión para cumplir las misiones encomendadas. Al final, el mérito es de todos los miembros del barco.

P.-Existe “otra dotación” que es la familia. ¿Como funciona la conciliación?

R.-Es un factor muy complicado porque nuestra profesión es absolutamente vocacional. La familia es el sustento de esa vocación, que permite que nosotros trabajemos y proyectemos dicha vocación. Sin ese apoyo familiar, sería imposible. En mi caso particular, mi mujer también es Capitán de Corbeta del Cuerpo General. Son dos carreras que hay que coordinar y sincronizar. Para que yo haya tenido esta oportunidad, ella también ha tenido que sacrificarse profesional y personalmente. Y el esfuerzo que ella ha hecho ha sido extraordinario. Detrás hay una separación en distancia con hijas incluídas, difícil de combinar. Pero los retos, una vez superados, son más gratificantes cuanto más grandes son. Cuando hablamos de conciliación no me gusta utilizar la palabra renuncia, sino sacrificios combinados. Hay que buscar puntos de equilibrio, porque ni se puede ni se debe estar todo el tiempo en la primera línea. Y esa labor de modulación es la que permite proteger el valor de la familia y que, aunque en condiciones diferentes, ambos podamos estar satisfechos y contentos con nuestro trabajo.

P.-¿Cuál es su próximo destino profesional?

R.-A partir de septiembre comienzo en Madrid el curso de Estado Mayor como alumno. Las responsabilidades se quedaron en el barco y ahora mi única dedicación será estudiar y aprender durante este año escolar. Este cambio de registro forma parte de las sinusoides de nuestra carrera y de la versatilidad que debemos tener todos. Normalmente, durante los primeros años del empleo de Capitán de Corbeta seguimos vinculados a la Fuerza, ejerciendo labores de certificación, enseñanza en algunos casos, de mando y de secundancia. Y después nos especializamos para afrontar el segundo tramo de nuestra carrera, en puestos normalmente vinculados a Cuarteles Generales, Apoyo a la Fuerza y el Órgano Central. En ese punto es donde me encuentro. En cualquier caso, el objetivo a lo largo de toda nuestra carrera es siempre el mismo, sin importar el destino específico que tengamos: trabajar por y para los españoles.