La importancia de la inversión extranjera directa en la Geoeconomía y en las estrategias Geopolíticas

 Antón Matos Pereira

Graduado en Seguridad Pública y Privada

ISEN, Centro Universitario (Universidad de Murcia)

En los últimos años, han surgido numerosos cambios fruto de la globalización y el avance de las altas tecnologías. Por este motivo, la evolución del panorama estratégico global y las tensiones provocadas por la lucha por el poder, han producido nuevas formas de atacar y vulnerar a los estados.

Existen múltiples factores a considerar, ya que el poder militar no es el único elemento relevante a tener en cuenta. Es importante reconocer que, en términos militares, Estados Unidos actualmente supera a cualquier otro país. Sin embargo, se han desarrollado otras herramientas que requieren una especial atención, como la inteligencia económica, la cual permite identificar vulnerabilidades de las naciones, sus planes y movimientos. El estudio de los aspectos económicos se vuelve fundamental, ya que una mayor capacidad económica otorga al Estado una mayor proyección de poder e influencia a nivel global.

Todo esto, ha favorecido la aparición de la geoeconomía, que utiliza la Inversión Extranjera Directa para conseguir sus objetivos en las diferentes estrategias geoeconómicas que cada país elabora conforme a sus ambiciones o intereses nacionales.

De ahí la importancia de que los determinados servicios de inteligencia analicen no solo las salidas, sino también las entradas de ese capital proveniente de IED y sus posibles intenciones.

La Inversión Extranjera Directa es una suma de capital que un país realiza sobre otro estableciendo una presencia en su economía. Esta situación puede utilizarse en ocasiones para ejercer cierta influencia sobre el estado receptor y sus decisiones políticas. Muchas veces ni siquiera es solo capital, sino también tecnología, recursos, infraestructura y empresas que se van a ese país receptor. Por otra parte, la geoeconomía es la utilización instrumentos económicos (en este caso la inversión extranjera directa por ser su principal herramienta) para promover y defender intereses nacionales; es decir, perseguir los objetivos que se pueda marcar el estado. Para esto, se realizan análisis estratégicos de la situación global o de un país determinado y de los factores geopolíticos sobre los que se pueda influir.

La IED no es empleada únicamente por aquellos países que buscan perseguir objetivos geoeconómicos, ya que también es un factor relevante a nivel productivo, fundamental para la cooperación internacional y establece conexiones que promueven el desarrollo y el crecimiento del país.


China es un país que puede servir de posible referencia para concretar algunos aspectos clave sobre el empleo de la de Inversión Extranjera Directa (IED) con fines geoeconómicos. Esto lo lleva aplicando durante muchos años en el contexto de que China es un régimen autoritario con una elevada falta de transparencia y utiliza la propaganda y la desinformación para proyectar una imagen más positiva de sí misma, de la que posiblemente la realidad respalde.

Importantes documentos como el Kiel Working Paper de autores como Sebastian Horn, han declarado que hay evidencias de una gran opacidad en los datos y que pese a que China se ha inscrito en la lista de países que informa al Banco de Pagos Internacionales, muchos de ellos no están registrados por cláusulas de confidencialidad establecidos en las inversiones. Esto quiere decir que ni siquiera se sabe la totalidad del alcance de su IED y la deuda que tienen otros países con China.

Dichos autores resaltan que es utilizada también en gran medida para financiar proyectos de infraestructura, como la famosa Ruta de la Seda; y destacan sobre todo el gran endeudamiento que tienen muchos países exportadores de petróleo (Angola, Ecuador…) con el país oriental. Con esta situación, poseen una amplia gama de herramientas para emplear la coacción y el soborno que les permite finalmente conseguir sus objetivos. Aunque aumentan los préstamos chinos otorgados en Europa, la mayoría suelen ser a países de bajos ingresos a los que les será más fácil coaccionar e influir en el futuro.

Alemania es otro país que utiliza la IED como herramienta altamente efectiva de poder económico, ya que aplica de manera muy provechosa todas las muchas posibilidades que ofrece dicho instrumento. Su economía está basada en las exportaciones, y esto le da una imagen de cara al exterior muy positiva en el aspecto de la Inversión Extranjera Directa. Este país ha sabido establecer unos límites muy claros en la entrada de IED, con leyes restrictivas, bien reguladas y con revisiones muy exigentes en ciertos sectores importantes y vulnerables como la seguridad o las armas. Ellos mismos crean incentivos para invertir y tienen un ambiente favorable para atraer la Inversión Extranjera Directa, cuyo mérito pertenece a la Agencia de Comercio e Inversiones Alemana.

Sin embargo, Alemania no utiliza todo su poder para proyectarse como una superpotencia, sino como un poder moldeador que ejerce en las relaciones que mantiene con otros países. Por otro lado, la relación que mantiene con China y su dependencia para transportar mercancía por la Ruta de la Seda, ha llevado a este potente país europeo a encontrarse actualmente ante la posibilidad de tener que hacer frente una gran crisis y ya casi al borde de técnicamente afrontar una recesión. La Ruta de la Seda, que también transcurre por buena parte de Rusia, ha generado un gran problema por razón de la guerra con Ucrania, sumado al encarecimiento de los precios energéticos y el desabastecimiento del gas.

En ese contexto hay que tener presente, que también, en la otra parte del mundo, EEUU es el mayor exportador y receptor de IED, siendo también el país militarmente más poderoso y con unas cifras colosales en su PIB. Sin embargo, hay que recordar que no se percibe que tenga una clara estrategia geoeconómica concreta.

EE.UU, se puede decir que a hora de conseguir sus objetivos geopolíticos confía principalmente en su poderío militar y no ha llegado al día de hoy a definir una estrategia clara desde el punto de vista geoeconómico. Es una evidencia que, aun teniendo los recursos económicos y financieros necesarios, todavía no se está involucrado, al menos aparentemente, tanto como otros estados lo están haciendo.

Para finalizar, este breve esbozo de países protagonistas, en el empleo de la IED, hay que destacar que Rusia, es otro actor a tener en cuenta para evaluar la importancia de la IED. Rusia además de causar grandes efectos geopolíticos, también busca afectar al resto de naciones mediante la consecución de determinados objetivos energéticos. A modo de ejemplo, se puede citar su actual estrategia geoeconómica, relacionada con la creación de la Unión Económica Euroasiática, cuyos costes de mantener a Bielorrusia como miembro, se elevan a más de 12000 millones de dólares al año; y convencer a Kirguistán para unirse le costó nada más y nada menos que 200000 millones de dólares.

Todo ello sumado a las amenazas contra la Unión Europea con la reducción del suministro de gas, en pro de no respaldar las acciones lideradas por Estados Unidos o la OTAN, con intención de alejarse de las ideas de estos mismos y mantener siempre su postura diferenciada.

Todas estas consideraciones las consideramos importantes y dignas de ser tenidas también en cuenta en el contexto de la Inteligencia Estratégica, y en la línea de lo propugnado por Sherman Kent, el cual considera que la inteligencia estratégica se debe abordar desde tres perspectivas. Una institucional, donde los actores protagonistas en su análisis y evaluación deben ser los centros de inteligencia, encargados de recopilar, interpretar y evaluar toda la información relacionada con la IED. Otra como proceso, donde se convierten todos los datos en información útil para ser analizada. Finalmente, como resultado, es el conocimiento adquirido de esta información que permita tomar decisiones o establecer estrategias.

Todos estos análisis son clave a la hora de desarrollar una estrategia geoeconómica, y por lo tanto los servicios de inteligencia deben realizar estas funciones para contemplar todas las amenazas posibles. Actualmente la guerra por la información crea situaciones tan tensas como la nueva “Guerra Fría” entre EEUU y China, donde bajo el pretexto de Taiwán, cada uno intenta hacerse con la tecnología de última generación de chips fabricados en ese territorio. De esta manera, se sirve una lucha por ser el país con más poder.

En la siguiente figura se muestra el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa de Kearney de 2023 (Ranking de mercados emergentes), lo que nos da una idea delas estrategia de esos países en el empleo y utilización geopolítica de la IED.

Finalizamos reiterando la importancia que se le debe otorgar a la IED en la elaboración de una estrategia geoeconómica, así como al análisis y atención que de todos esos factores se le debe prestar por parte de los servicios de inteligencia de los países, teniendo en cuenta que la economía es una de las principales armas en la lucha por el poder en el ámbito internacional. En consecuencia, queremos resaltar que cada conflicto debe de ser estudiado y valorado independientemente de su localización geográfica, y las nuevas tendencias sobre el uso de la IED deben ser contempladas por todos sus peligros como la pérdida de control de recursos estratégicos, la dependencia económica hacia el país inversor, la fuga de tecnología y de conocimiento, así como los riesgos políticos que conlleva.

Cartagena julio 2023

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