"La diplomacia y la desinformación en China"

 

Ciclo “AEME/23. Quo vadis CHINA”

"La diplomacia y la desinformación en China" 

Miguel Ángel Benedicto

Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid

China ha pasado de una economía de planificación centralizada a ser la segunda economía de mercado del mundo, a tener el segundo ejército más potente, un presidente vitalicio, capacidades para impugnar las normas del orden internacional y  una maquinaria masiva de propaganda y control de la información. De este modo, Beijing ha desarrollado una serie de instrumentos para convertirse en un modelo alternativo que intenta cambiar el orden internacional de postguerra.

La presidencia de Xi Jinping se aleja del perfil bajo en asuntos internacionales que promovió Deng Xiaoping en la década de los 80, o del modelo de emergencia pacífica en la década de 2000 del Presidente Hu Jintao y del Primer ministro Wen Jiabao, que comenzaron a trabajar dentro del sistema multilateral de instituciones internacionales y celebraron unos Juegos Olímpicos en 2008. China en aquel momento no mostraba ambiciones hegemónicas ni revisionistas en el sistema internacional, pero tras la Gran Recesión de 2008 comienza su desembarco en África y América Latina.

La llegada de Xi Jinping al poder en 2012 dará un giro a la política exterior con un mayor liderazgo y protagonismo gracias a su diplomacia de gran potencia, con más responsabilidades en el marco de Naciones Unidas, y la defensa de su seguridad e integridad territorial. La política exterior de China será más agresiva con reclamaciones territoriales en el Mar de China, conflictos fronterizos con India o maniobras de bloqueo marítimo y aéreo de Taiwán. Durante el XX Congreso del Partido Comunista Xi ordenó a sus militares que se preparasen para una acción en Taiwán, si la reunificación no se producía de manera pacífica.

La mayor asertividad de Beijing en las relaciones exteriores se ha transmitido a sus diplomáticos que cada vez son más rudos a la hora de defender el modelo chino con lo que denominan diplomacia del guerrero lobo. China ha cambiado y ahora defiende sus intereses fundamentales frente a los discursos que la critican. El crecimiento económico de China sostenido en el tiempo (oscilando entre el 9,5% en 2011 al 6,7% de 2017) sufre un impasse debido a la crisis inmobiliaria y la estrategia de Covid cero liderada por Xi que han llevado al país a la desaceleración económica.

El posicionamiento de China como modelo alternativo a nivel económico y político podría intensificarse con la guerra de Ucrania e iría acompañado de una revisión de las estrategias de comunicación para contar bien lo que sucede en China. Beijing apuesta por responder al discurso occidental ya que sufre de lo que denomina déficit del "derecho internacional a hablar" y quiere romper con el patrón básico de un discurso internacional donde Occidente es el fuerte y China la débil.

Los medios estatales de China desempeñan un papel central en la promoción del discurso oficial en el exterior. Beijng creó en 2016 medios estatales multilingües, como CGTN (China Global Television Network), un canal de televisión que informa en seis idiomas; y medios oficiales que han establecido asociaciones con los principales diarios internacionales. Y en los últimos años han proliferado cuentas oficiales en las redes sociales para ser caja de resonancia del discurso oficial chino. La centralización y el control de la comunicación externa deberían permitir construir un discurso internacional unificado.



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